Las plantas sagradas de los pueblos latinoamericanos
Las plantas no sólo son alimento, belleza y vida, desde la antigüedad las plantas también han representado sanación y rituales divinos. En el caso de nuestra querida Latinoamérica, esta no es la excepción, las personas encargadas de llevar a cabo los rituales espirituales y la sanación con hierbas medicinales son justamente las personas que son expertas en plantas y sus usos.
La gran planta sagrada en múltiples pueblos de Latinoamérica es el tabaco. Esta milenaria hoja, era utilizada por los Mayas y los Aztecas en ceremonias de purificación y eliminación de los malos espíritus. Esta planta en grandes cantidades produce alucinaciones lo que producía visiones a los que la consumían. En restos arqueológicos en el desierto de atacama, se ha comprobado, con exámenes químicos, la utilización de esta planta tanto en adultos como niños. En la actualidad, aún se utilizan en rituales en las Amazonas y en otras comunidades.
Otra planta sagrada que podemos encontrar es el San Pedro en el norte de nuestro país. Este cactus es endémico de los Andes y ha sido utilizado desde Ecuador hasta Chile ya que es un cactus que se adapta muy bien a distintos tipos de climas y, después del Lophophora o Peyote, es el cactus con mayor concentración de mescalina. Estos dos cactus han sido usados, al menos, desde hace 5700 años por nativos del continente americano. Según los Sacerdotes andinos o Pampamesayoq, esta planta permite la conexión con los Dioses y la apertura del espíritu.
Por otra parte, en las Amazonas encontramos la Ayahuasca que en quechua significa "Soga de los Espíritus". Esta planta es un lazo que se da en las zonas tropicales y se produce un brebaje que, en conjunto con otras hierbas, se hacen rituales de sanación y de viajes cósmicos que para las comunidades de las Amazonas son tremendamente importantes para su cultura y su arte. Al igual que el San Pedro, es una planta alucinógena y su efecto puede durar varios días.
Debemos entender que las comunidades originarias tienen concepciones totalmente distintas a la cultura occidental, no debemos juzgarlas, todo esto se trata de informarse y aceptar que no somos los únicos dueños de la verdad o de lo correcto. Para ellos las plantas son parte de su vida, de cosmología ansestral y de su unión con lo divino.
